Toledo, Enero del 2010.
Reverendísimo hermano:
Lo expuesto en esta carta son las conclusiones a las que me ha llevado la oración en los últimos meses. Se con seguridad que lo que le transmito no es nada nuevo, pero me veo impulsado por el Señor a hacérselo llegar.
La eucaristía lo puede todo. De ella nacen los dones y la fuerza para superar la tención de Satanás, al que le aterra la cruz. Satanás quiere que desaparezca la luz de nuestras vidas y la eucaristía. Hay que comulgar y defender la cruz. Hay que mostrarla en lo privado y en lo público, para que todo cristiano sea testigo de la esperanza. Debemos dar testimonio de nuestra fe: sin miedo, ante el mundo. Y debemos volcarnos en la caridad al prójimo desde esta fe viva. Para ello es necesario que adquiramos una formación adecuada, sobre todo los laicos. Ya que por la fe, que da razón a nuestra esperanza, y por la caridad caminamos hacia nuestra salvación.
Sin embargo, Satanás está oculto en las sombras, dispuesto a derribarnos. Porque teme al pueblo de Dios y a la fe que es anunciada. Formémonos y no temamos, porque la fe y la Eucaristía son nuestra principal arma contra el enemigo. Preparemos perfectamente el próximo congreso eucarístico. No temamos anunciad al Señor al mundo. Ya que el juicio, como dice Mt 25, se decide hoy para cada uno.
La Iglesia del siglo XXI debe tener, como tiene, muy presente la última parte del Credo que confesamos dominicalmente y anunciarlo sin miedo. Dios nos ama y sabemos que el triunfo esta en sus manos. Nosotros debemos colaborar activamente con ella anunciando la verdad del Evangelio por el testimonio y la acción caritativa, fundamentalmente pues somos constantemente bendecidos
Sinceramente siento haberle robado estos breves minutos de su tiempo. Rezo por Ud. y le pido al Señor que le bendiga en su tarea. Siempre para lo que necesite,
Benito de la Fuente Sánchez
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